La Diputación Foral de Bizkaia replicará el Bosque Pintado de Oma, una de las obras más conocidas del Agustín Ibarrola. El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, ha anunciado junto al hijo del artista, José Ibarrola, que una comisión de expertos y expertas lleva meses trabajando para evaluar las alternativas que permitan mantener con vida el conjunto artístico y natural.

El proyecto supone un gran reto desde el punto de vista técnico y de gestión, según ha admitido el propio Unai Rementeria. Y tiene como objetivo central dar continuidad a una propuesta cultural que se ha consolidado en el mundo y que, a día de hoy, representa un recurso relevante para toda Bizkaia. El nuevo bosque conservará toda la esencia de Ibarrola y mantendrá, como sucede ahora, la conectividad emocional con las personas visitantes y estará cerca, en la misma Reserva del Urdaibai.

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El Bosque Pintado de Oma es un símbolo de Bizkaia

Oma es un símbolo de Bizkaia. No entendemos Bizkaia sin Oma. Sabemos que no podemos evitar la muerte de los pinos, pero queremos mantener viva la obra de Agustín y para que el espíritu de Oma siga vivo, llevamos meses buscando una alternativa.

“Hoy puedo decirles que la genial idea de Ibarrola va a seguir con vida. La propuesta de la Diputación, avalada y respaldada por la familia y por el grupo de expertos que nos asesoran, es reproducir las pinturas de Oma en otro bosque cercano, ha explicado Rementeria, que ha insistido en que se trata de un traslado de concepto, de un lenguaje artístico que es independiente del lugar donde se represente, con las pinturas sobre los pinos como vehículo de transmisión.

Aunque todavía sin emplazamiento exacto, la institución foral estudia situar la réplica del bosque en una zona de similares características y en un entorno próximo. El objetivo principal es mantener la perdurabilidad de un conjunto artístico que el propio artista concibió como efímero.

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En este sentido, el diputado general ha señalado que es momento de buscar y valorar opciones para un nueva ubicación al conjunto de árboles artísticos, “que deben reunir varios requisitos como que esté cercano a Oma; que sea técnicamente posible, tanto por el tipo de árboles como por su edad; que sea un enclave accesible para los visitantes</strong>; que la actuación sea respetuosa con el medio ambiente y con la reserva de Urdaibai; e, imprescindible, que el propio Agustín Ibarrola y su familia estén de acuerdo”, ha explicado Rementería.

Preservar un legado artístico universal

“Ese es nuestro compromiso -ha proseguido la máxima autoridad foral-. Y subrayo algo fundamental para mí: es un compromiso avalado y respaldado por los expertos. Y también por la familia. Confío en que encontremos pronto ese nuevo bosque, ha subrayado.

En el anuncio de que El Bosque de Oma tendrá un nuevo emplazamiento, Unai Rementeria y José Ibarrola han estado acompañados por la diputada de Cultura, Euskera y Deporte, Lorea Bilbao, y parte del comité evaluado consultado para decidir sobre la situación del bosque y las posibilidades de revivir la obra del artista.

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En la ‘mesa’ que decidirá el futuro de Oma se encuentra uno de los grandes conocedores de la obra de Ibarrola y Oma, el profesor de la UPV-EHU, Fernando Bazeta, junto con el pintor y escultor Javier Riaño, el director del Museo Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza, Lucía Agirre, curator del Museo Guggenheim Bilbao, así como los equipos de la dirección de Cultura y los técnicos de Basalan de la Diputación Foral de Bizkaia. No en vano, el proyecto supone un gran reto desde el punto de vista técnico y de la gestión.

Compromiso medioambiental con el bosque

Tras pedir a la ciudadanía que respete la prohibición de visitar Oma mientras perdure el riesgo de caída de árboles, el diputado general avanzó que se actuará para tratar de mantener abiertos los conjuntos de Oma que sea posible y que el bosque será repoblado con especies autóctonas.

Nuestro compromiso es mantener abiertos los conjuntos de Oma que todavía están en condiciones de ser visitados sin riesgo para las personas. Y para eso tenemos que retirar primero los conjuntos que presentan riesgo”.

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El compromiso foral también es medioambiental; “el bosque tiene que seguir siendo bosque. Por eso vamos a repoblar el bosque de Oma con especies autóctonas. Y quién sabe si dentro de unas décadas Oma podría volver a acoger de nuevo la obra de Ibarrola, el bosque encantado, ha dejado Rementeria.

El Bosque Pintado de Oma

El artista vizcaíno Agustín Ibarrola creó una de sus obras más emblemáticas como un proyecto de arte efímero, siendo los árboles del bosque, elemento vivo de ciclo vital, el esqueleto y alma de la obra. El Bosque de Oma es una muestra representativa de la corriente Land Art de arte contemporáneo. Trato de establecer una relación entre la cultura contemporánea y la cultura milenaria de mi pueblo, que es donde están mis raíces, dice el propio Agustín Ibarrola de su obra.

La finalidad de la corriente artística Land Art es producir emociones plásticas en el espectador que se enfrenta a un paisaje determinado. Su principio fundamental es alterar, con un sentido artístico, el paisaje, para producir el máximo de efectos y sensaciones al observador.

Se pretende reflejar la relación entre los humanos y la Tierra, el Medio Ambiente y el mundo, expresando al mismo tiempo el dolor, debido al deterioro ambiental del clima que existe hoy en día.

Lo principal es la interacción del ser humano con el medio ambiente. Todo ello ha sido plasmado con la máxima maestría por Agustín Ibarrola no solo en El Bosque de Oma, sin en otras intervenciones como en lo alto de la colina de carbón Prosper Haniel, mirador privilegiado de una zona industrial del Rhur, Alemania; en el Puerto de LLanes; en Arteaga</a>; Allariz y Muñogalindo.

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En la actualidad, El Bosque de Oma mantiene cerca de 500 árboles pintados correspondientes a 61 conjuntos artísticos. El proyecto foral tiene como objetivo central dar continuidad a una propuesta cultural que se ha consolidado en la comarca y que, a día de hoy, representa un recurso relevante para toda Bizkaia. El nuevo bosque conservará toda la esencia de Ibarrola y mantendrá, como sucede ahora, la conectividad emocional con las personas visitantes.