En un post anterior, ya describimos las vivencias de Agustín Ibarrola durante su encarcelamiento entre 1962 y 1965 en el Penal de Burgos pintando de manera clandestina telas de gran tamaño con un espíritu crítico.

Pero lo más sorprendente, quizá, fue el hecho de sacar las obras de la cárcel también de forma clandestina, sin que nadie lo detectase. Fue posible gracias a una red de solidaridad y apoyo internacional tejida para promover el Arte que denunciaba la conculcación de los Derechos Humanos y las libertades.

La red de apoyo a la obra de Agustín Ibarrola organizó exposiciones de las pinturas realizadas en la cárcel por artista vasco en España pero, sobre todo, en varios países europeos que apoyaban las protestas contra la dictadura. La hazaña es conocida. Pero no tanto los detalles que rodearon las difusión de las obras.

Hoy los compartimos contigo a través de una información recogida en el Archivo Español de Arte Documento remitido por el Alto Estado Mayor al la Oficina de Enlace, 30-VI-1965, Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, que recuerda exactamente cómo ocurrieron los hechos.

Hasta la Oficina de Enlace había llegado la siguiente información: “Noticias de París señalan que en una galería de arte de dicha Capital, sita en el Barrio Latino, se ha inaugurado una exposición de obras del pintor Agustín Ibarrola, realizadas en la prisión de Burgos donde se encuentra detenido”.

Pinturas arrebatadoras

Alertados, un representante del Alto Estado Mayor se dirigió a la galería parisina para comprobar la veracidad de los hechos y registró la siguiente crónica: “La sala, más bien pequeña, aparecía abarrotada de público, compuesto de los mismos de siempre y de otro público “elegante” asiduo a estas manifestaciones de arte que tienen lugar a diario en París”.

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“Lo más chocante -prosigue el textimonio- eran las propias pinturas expuestas. Se trataba de lienzos muy grandes, más bien estrechos, pero muy largos, algunos hasta de tres metros, pintados sobre lienzos de seda, a la “gouache”, en tonos sepias y ocres, representando escenas del interior de la cárcel”.

Las escenas retratadas por Agustín Ibarrola y conducidas hasta París retrataban grupos alineados de presos ante las celdas, “un preso escuálido con un fondo de barrotes”, pero lo que más llamó la atención del representante del Alto Estado Mayor fue un óleo de grandes dimensiones representando el patio de la cárcel de Burgos, blanco de nieve, sobre la que sólo estaban señaladas las huellas dejadas por el paseo cotidiano y circular de los detenidos.

La pregunta que todos se hacían era cómo había sido posible sacar de la cárcel esos cuadros sin el consentimiento de las autoridades.

El informante del Alto Estado Mayor que remitía esta breve crónica a la Oficina de Enlace no podía ocultar su sorpresa ante lo que había visto. Es cierto que hacía notar la pequeñez de la sala, también señalaba que los visitantes eran “los mismos de siempre” junto con quienes en París iban a todas las exposiciones sin importar de qué se tratase. Con ello, quizá estaba tratando de dar a entender que no se trataba de un acontecimiento que pudiera tener una repercusión importante en Francia.

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Pero la muestra era impactante. Y esto sólo podía inquietar al régimen. Los interrogantes les resultaban preocupantes:

¿Cómo habían salido del Penal de Burgos unas pinturas semejantes?

Misterios del Arte

¿Cómo habían podido ser pintadas siquiera?

Los diversos agentes de información, control y represión del régimen estuvieron muy atentos a las exposiciones de las obras pintadas en la cárcel por Agustín Ibarrola.

Por un lado, las obras denunciaban la falta de libertades, la injusticia y la violencia que sustentaban una dictadura se presentaba como moderna, pacífica y humana. Por otro, la mera existencia de las pinturas y de las exposiciones eran la evidencia de que el régimen franquista no era inexpugnable (era posible bularlo) y de que existía una red nacional e internacional de apoyo al antifranquismo.

En este caso concreto, la parte más importante de dicha red de apoyo estaba constituida por el movimiento en defensa de la amnistía a los presos políticos, relacionado con el apoyo a la defensa de los derechos humanos y (aunque esta relación tuviera grados distintos en cada caso) con el Partido Comunista de España (PCE) y sus homólogos en otros países.

En posts sucesivos, os iremos contando cómo influyeron las pinturas clandestinas de Agustín Ibarrola en el mundo.